Translate

miércoles, 24 de julio de 2013

Y da igual cuántas veces te cambies de peinado, cuántos cumplidos recibas o cuántas horas te pases frente al espejo practicando sonrisas falsas, porque al final siempre acabarás tirada en tu cama preguntándote por qué no tienes los mismos ojos que ella, por qué tus esfuerzos no valen una mierda y por qué no puedes ser feliz de una maldita vez. Y puedes adelgazar, puedes cambiar tu forma de ser, pero nunca serás lo suficientemente buena. Supongo que por eso se dice que una está rota, porque no se le puede arreglar. 
Sola. Desganada. Ahogada. Estás tan avergonzada de ti misma que ni siquiera quieres salir a la calle. 
Entonces llega él. El típico chico popular de película americana que te hace feliz con una mirada. Y todo chico popular tiene una animadora. Y, mientras tú buscas cualquier excusa tonta para mantener una conversación con él, esa zorra asquerosa le está haciendo daño. 
Al final el chico (que no es tan tonto como parece) manda a su querida animadora a la mierda y... ¿te escoge a ti? No, qué va. Él se ha quedado anclado en esa relación. Y tú te has quedado anclada en él. Y poco a poco empiezas a odiar a todo el mundo. A pensar que nunca serás suficiente para nadie. A odiarte a ti misma más que nunca. ¿Y quién va a salvarte? Nadie. Nadie puede hacerlo, porque ya es demasiado tarde y la cuenta atrás ha comenzado.

3 comentarios:

  1. Dios, dios, dios. Me indentifico en todas y cada una de las letras.

    ResponderEliminar
  2. En serio, que es que yo ya no sé qué adjetivo ponerle a tus textos, porque cualquiera se le queda corto.

    ResponderEliminar
  3. Exactamente como me siento...

    ResponderEliminar