Translate

martes, 25 de junio de 2013

¿Qué tiene de malo escaparse un rato de la realidad?

Siempre he querido ser una de esas personas que al minuto de cerrar los ojos, ya están dormidas.
Yo soy más de tardar una hora en dormirme y pasar la mayor parte de esa hora pensando en todo lo que no he pensado durante el resto del día. Siempre ha sido así. De pequeña me gustaba inventarme historias y meterme en ellas cada vez que me iba a la cama. Historias en las que un caballero andante me protegía del más temido de los villanos para que, así, los dos acabásemos siendo felices y comiendo perdices (o pizza, en este caso). Llegó un momento en el que me di cuenta de que imaginarme esas cosas sólo me hacía sentirme más vacía cuando volvía a la realidad. Sí, yo ya hacia ese tipo de reflexiones a los nueve años. 
Ahora encierro mis sentimientos en una especie de novela que llevo escribiendo varios años. A lo mejor he vuelto atrás, pero me encanta meterme en la piel de la protagonista e imaginar esas cosas que siempre he deseado; expresar mi rabia, mi tristeza, mi soledad. Y al fin y al cabo es algo genial introducirte a ti misma en una historia en la que puedes decidir qué pasa, aunque al final acabe atormentándote la idea de que nada de eso es real, de que nada se va a cumplir. Pero bueno, ¿qué tiene de malo escaparse un rato de la realidad?

1 comentario:

  1. Menos mal que no soy la única que hace este especie de ritual por las noches...
    Es verdad que al despertarte la realidad te da un bofetón que te hace sentir vacía, ¿pero que sería la vida sin imaginación? ¿Sin sueño? Nada tendría sentido.

    Una entrada genial, un beso.

    ResponderEliminar